En cuanto a términos se refiere, automatización e inteligencia artificial son cosas diferentes, pero usualmente tomadas como lo mismo. Que un sistema sea automatizado, no lo hace inteligente. Así que empecemos por aclarar los términos.
En la automatización o sistemas automatizados, se usa la tecnología para realizar tareas casi sin necesidad de las personas. Se puede implementar en cualquier sector en el que se lleven a cabo tareas repetitivas.
Por su parte, los sistemas inteligentes son capaces de resolver problemas complejos y multidisciplinares de una forma automática dando soporte a las decisiones de un experto.
Estos funcionan muy bien para tareas que son repetitivas y monótonas. Para esto, la información que el sistema debe procesar y los pasos a seguir deben ser previsibles y limitados. Especialmente, esas tareas que para los humanos pueden ser agotadoras y que pueden llevarlo a cometer un error a causa de lo aburridas que terminan siendo.
Ese tipo de actividades que requieren de movimientos repetitivos, son perfectas para un sistema automatizado, lo cual evitará que el ser humano pueda inclusive, sufrir alguna lesión física por la cantidad de veces que la realiza.
Para eso, un sistema automatizado es ideal porque no se cansa y puede realizar la tarea millones de veces con mayor precisión y rapidez que una persona. En la automatización solo se debe dar las indicaciones y este sistema lo hará, será el empleado más obediente de tu empresa.
Muchas compañías están a favor de implementar estos sistemas automatizados, lo que permite reemplazar a los humanos y así ahorrar un poco en costes, mejorar la eficiencia de los procesos y aumentar su productividad.
Por otra parte, los sistemas inteligentes son pues… inteligentes. Tienen la capacidad de pensar y traer soluciones al proveer la información y las herramientas para que haga la tarea. Este sistema requiere una especie de “entrenamiento” inicial, pero después actuará conforme a su inteligencia y la situación que se le presente.
Los sistemas inteligentes son capaces de identificar patrones en un conjunto de datos y toman la respuesta o solución que consideran mejor, sin haber sido específicamente programados para ello con antelación.
Es que son tan inteligentes que pueden aprender de los algoritmos y evitar los errores a la vez que mejoran el tiempo de sus respuestas.
La inteligencia artificial ya podemos verla en muchas instituciones financieras quienes aplican un sistema de detección de fraudes en transacciones con tarjetas de crédito. Esto se logra al proporcionar al sistema inteligente un conjunto de datos sobre las transacciones realizadas anteriormente con tarjetas de crédito.
En fin, un sistema automatizado, es el que trabaja rápido con los datos que se les haya proporcionado, mientras que el sistema inteligente puede “pensar” y hasta “entender” para generar una respuesta.
Entonces podemos hacer una pregunta, ¿qué prefieres: un sistema más rápido o uno que piense?
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