Yo sé que alguna vez has pasado por la penosa y estresante situación de perder un cargador. Tal vez no se extravió por completo, sino que no lo encontrabas rápidamente y llegaste a pensar en todos esos lugares donde posiblemente estaría.
Fuiste a buscarlo en su lugar habitual y no estaba. Pensaste que estaba en el trabajo, te fuiste corriendo a la oficina, abriste las gavetas y… no estaba. Respiras, cierras los ojos y comienzas a pensar en todas las reuniones y llamadas importantes que tienes en el día, la frustración te embarga, pero haces el mejor esfuerzo por no estresarte y perder la cordura.
Volteas y haces lo que no debes, pero… esto es una emergencia, así que sin perder más tiempo, le dices a la persona a tu lado que te preste un cargador y así encuentras la paz… por ahora. Al llegar a casa, te das cuenta que estuvo mal ubicado todo este tiempo, y lo encuentras en la cocina, justo al lado de la nevera. Sonríes, lo tomas y te diriges a tu habitación enchufas tu teléfono y te vas a compartir con los tuyos.
A menudo se pasa por alto que es un componente vital para mantener los dispositivos en funcionamiento, un cargador es tan importante como el teléfono mismo, la tablet, la laptop y cualquier otro dispositivo electrónico que uses a diario en tu trabajo… También es importante señalar que si no tienes el dispositivo y tienes el cargador, no hay mucho que se pueda hacer… mantenlos juntos.
No subestimes la importancia de tener tu cargador o cargadores a la mano o ubicado en un sitio donde te sea de provecho. Al mantener tus cargadores en buen estado, puedes garantizar que los equipos de trabajo estén siempre listos para cumplir con las demandas de la empresa y alcanzar el éxito en un mundo cada vez más dependiente de la tecnología.
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